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Moco (mucosidad)


Células mucosas
Células mucosas
El moco (o mucosidad) es una secreción que recubre las membranas mucosas del cuerpo. Es un coloide viscoso que contiene enzimas antisépticas (como la lisozima) e inmunoglobulinas. El moco se produce por células de copa en las membranas mucosas que cubren las superficies de las membranas. Está compuesto de mucinas y sales inorgánicas suspendidas en el agua.


La flema es un tipo de moco que se restringe a las vías respiratorias, aunque el término moco se refiere también a secreciones de los pasajes nasales.

Moco en el sistema respiratorio


En el sistema respiratorio, el moco atrapa pequeñas partículas como bacterias y polvo, ayudando a impedirles entrar en el cuerpo; esto ocurre, sobre todo, en la nariz. El moco ayuda en la protección de los pulmones, atrapando partículas extrañas que entran en la nariz durante la respiración normal. Además, impide a los tejidos desecarse. El aumento en la producción de moco en las vías respiratorias es un síntoma de muchas enfermedades comunes, como el resfriado común. La presencia de moco en la nariz y la garganta es normal, pero mayores cantidades de lo normal pueden impedir una respiración cómoda y deben limpiarse sonándose la nariz o expectorando la flema de la garganta. Entre los componentes del moco nasal están incluidas las lágrimas.

El moco nasal es mucosidad producida por la mucosa nasal. Sirve para proteger las vías respiratorias y atrapar objetos extraños como polvo y polen antes de que entren en el resto de las vías respiratorias. El moco nasal se produce continuamente, y la mayor parte se traga sin darnos cuenta.

Mucina

El moco es producido por células submucosas así como células de copa en el sistema respiratorio. Consiste de mucina, un péptido muy glucosilado. Bajo estímulo, las proteínas kinasas ricas en mirastina-alanina dan la señal para la unión de vesículas llenas de mucina con la membrana plasmática. La fusión de las vesículas causa la liberación de la mucina, que cuando intercambia Ca2+ por Na+, se expande hasta 600 pliegues. El resultado es un producto viscoelástico de moléculas entretejidas, que es lo que se llama moco.

Enfermedades respiratorias que implican la emisión de moco

Generalmente el moco es claro y ligero, lo que sirve para filtrar el aire durante la inhalación. Durante las infecciones, el moco puede cambiar su color a amarillo o verde a consecuencia de las bacterias atrapadas o debido a la reacción del cuerpo ante la infección viral. Ese moco o flema coloreado por lo general tiene un olor a podrido muy desagradable.

En caso de infección bacteriana, la bacteria se queda atrapada en los senos ya obstruidos, y se reproducen en un ambiente húmedo y rico en nutrientes. Pueden usarse antibióticos para tratar la infección secundaria en estos casos, pero no ayudarán generalmente a la causa original.

En caso de una infección viral como resfriado o gripe, la primera etapa de la infección causa la producción de un moco claro y ligero en la nariz o detrás de la garganta. Cuando el cuerpo comienza a reaccionar al virus (generalmente entre uno y tres días), el moco se espesa y puede volverse amarillo o verde. En estos casos, los antibióticos no serán útiles, y son una fuente habitual de mal uso. El tratamiento suele basarse en el síntoma; la única cura es permitir que el sistema inmunológico rechace el virus con el tiempo.

Fibrosis cística

La fibrosis cística es una enfermedad hereditaria que afecta a todo el cuerpo, pero sus síntomas comienzan sobre todo en los pulmones con la producción de un exceso de moco que es difícil de expulsar.

Cambios de temperatura y moco

Durante el tiempo frío, los cilios que normalmente barren el moco de las fosas nasales, hacia la parte posterior de la garganta, se hacen inactivos o dejan de funcionar por completo. Esto provoca que el moco se acumule en la nariz y gotee. El moco también se espesa cuando la temperatura es fría; debido a esto, cuando una persona entra desde un lugar frío a otro cálido, el moco se descongela y comienza a fluir antes de que los cilios empiecen de nuevo a funcionar, por lo que la nariz gotea.

El moco como síntoma médico

La mayor producción de moco en las vías respiratorias es un síntoma de muchas enfermedades comunes, como el resfriado común. La presencia de moco en la nariz y garganta es normal, pero una cantidad excesiva puede dificultar una respiración cómoda y deben evacuarse sonándose la nariz o expectorando el moco en exceso de la parte posterior de la garganta. El moco nasal también puede ser evacuado usando métodos tradicionales como la irrigación nasal. El moco en exceso, como el que se da durante los resfriados o las alergias puede ser tratado con cautela con medicamentos descongestionantes. El exceso de moco en los bronquios, como ocurre en el asma o la bronquitis, puede ser tratado con medicamentos antiinflamatorios para reducir la producción de moco. El espesamiento del moco por medicamentos descongestionantes puede producir problemas de drenaje y situaciones que promuevan la infección. El moco de cualquier color que no sea claro o blanco es generalmente un indicador de que existe una infección en la mucosa nasal o el seno paranasal.

Rinolitos

Los rinolitos se confunden con moco desecado, pero son en realidad un trastorno médico causado por la deposición de sal en la cavidad nasal.

Sistema digestivo


En el sistema digestivo, el moco se usa como lubricante para sustancias que deben pasar sobre las membranas, como por ejemplo la comida que pasa por el esófago. Una capa de moco a lo largo de las paredes interiores del estómago es vital para proteger las células que recubren dicho órgano del ambiente muy ácido del interior debido a los ácidos gástricos.

Sistema reproductivo


En el sistema reproductor femenino, el moco cervical previene las infecciones y sirve como lubricante. La consistencia del moco cervical varía según la etapa del ciclo menstrual de la mujer. Durante la ovulación, el moco cervical es claro, líquido y permeable al esperma. En la postovulación, el moco se hace más grueso y con mayor probabilidad de bloquear el esperma. Las infecciones pueden cambiar la consistencia del moco, como sucede cuando se altera el equilibrio bacteriano en la vagina (vaginosis bacteriana).

En el sistema reproductor masculino, las vesículas seminales contribuyen hasta en un 60% al volumen total del semen, y contienen moco, aminoácidos y fructosa como fuente de energía principal para el esperma.